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viernes, 21 de enero de 2011




Un punto importante que hay que aclarar, es que el hombre podría considerar que si le da demasiado, la esposa podría derrocharlo en cosas incorrectas, pero esto no es un pensamiento de un rey. Cuando la armonía marital es la de un rey y una reina, entonces la esposa merece todo. Por cierto, esto no significa que yo, como rey, también merezco lo mismo (o quizás más), todo lo contrario. En la clásica antología de dichos sabios llamada MivjarHapnim, se dice que la persona debe desilusionarse del mundo, o sea debe sentir que no merece nada en este mundo, porque nada le pertenece. Nada me pertenece, ¿entonces a quién le pertenece? ¡A su esposa! Por lo tanto, ella es merecedora de todo lo que le pueda dar, no porque le falte algo. Esta es como la plegaria del hombre rico, como lo explica el Rebe de Lubavitch.

Pintado por Alfonso Selgas (obra cedida al Instituto Gal Einai de Israel sección en español)
Instituto Gal Einai de Israel

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