La primera etapa en la relación del alma con Di-s es comparada al del amor de hermano y hermana, un amor que tiene las ventajas de ser instintivo, natural y presente constantemente. No es una pasión abrasadora ni un deseo apasionado por incluirse dentro de la unidad Divina; no obstante, el judío debe alcanzar primero este nivel de conciencia en su "despertar desde abajo". Esta etapa no es fluctuante y no requiere ningún estado adicional de conciencia a nuestra identidad judía simple y eterna. Es un instinto hereditario poseído por todo judío, transmitido a nosotros por nuestros patriarcas Abraham, Itzjak y Iakov. Puede expresarse a la distancia y no depende de profundas experiencias religiosas que no están presentes usualmente en las primeras etapas del servicio a Di-s.
Pintado por Alfonso Selgas (obra cedida al Instituto Gal Einai de Israel sección en español)
Instituto Gal Einai de Israel
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